Muchos
han sido los autores que han realizado definiciones sobre el juego, sobre sus
características, sus distintos tipos. Hay acuerdo en que es una actividad
libre, voluntaria, que genera placer, que tiene un tiempo y un lugar definido,
con reglas y con un fin en sí mismo. Hasta en el juego más competitivo se
comparte un tiempo determinado y un lugar concreto y simbólico. El juego es
encuentro con otro y con uno mismo.
El juego
es utilizado como herramienta privilegiada para facilitar y dinamizar procesos
de enseñanza y de aprendizaje individuales y grupales.
Desde la
enseñanza se combinan los distintos aspectos: participación, dinamismo, entrenamiento,
interpretación de papeles, colectividad, modelación, retroalimentación,
carácter problemático, obtención de resultados completos, iniciativa, carácter
sistémico y competencia.
Desde el
aprendizaje hay una relación entre lo serio y lo divertido. No hay
acontecimientos de más valor que descubrir que el juego puede ser creativo y el
aprendizaje divertido. Si las actividades del aula se planifican
conscientemente, el docente aprende y disfruta a la par que cumple con su
trabajo.
Al
incluirse el juego en las actividades diarias de los alumnos se les va
enseñando que aprender es fácil y que se pueden generar cualidades como la
creatividad, el deseo y el interés por participar, el respeto por los demás,
atender y cumplir reglas, ser valorado por el grupo, actuar con más seguridad e
internalizar los conocimientos de manera significativa.
¿Por qué
utilizarlo en el aula?
Porque:
-
Genera placer. Con y desde el juego se intenta rescatar el
sentimiento de placer que tan saludable es para todas las personas. Los alumnos
se vinculan y se manejan en una situación fuera de la realidad, que hace vivir
los tiempos y los lugares de todos los días de una manera distinta. A su vez la
diversión y la risa son aspectos fundamentales que generan una situación
placentera
-
Propicia la integración. El jugar activa y dinamiza la conducta del grupo y
cuanto más complejidad van teniendo los juegos mayor aún será la interacción y
por ende la alegría y el placer.
-
Construye la capacidad lúdica. Cuando se juega hay una actitud de
desinhibición, de animarse y asumir un riesgo frente a lo nuevo. En el proceso
de animarse a jugar y hacerlo a menudo se pone de manifiesto una actitud que
propicia el clima de respeto y libertad que luego da paso a la construcción de
una capacidad lúdica.
-
Acelera los aprendizajes. Al margen de que puede ser trascendental, por razones
emocionales, existe un elemento central del tema: los aprendizajes que el niño
realiza cuando juega pueden ser transferidos a otras situaciones no lúdicas,
como ser,actividades cotidianas, escolares, domésticas, de grupo, etc. Esto
permite constatar que el juego constituye un intenso acelerador y un
instrumento trascendental de muchos aprendizajes.
¿Por qué
algunos docentes manifiestan desaprobación del juego como estrategia de
enseñanza?
A)
Por inseguridad personal para el manejo de alumnos con propuestas menos rígidas
que las tradicionales
B)
Por desconocimiento de la fundamentación teórica del juego como estrategia
didáctica.
C)
Por falta de conocimiento de los diferentes juegos, sus posibilidades y los
objetivos que facilita cada uno de ellos.
D)
Por creer que es antagónico con el concepto de trabajo. La categoría de tiempo
no puede estar fraccionada, como comúnmente se cree, que exista el tiempo de
jugar, el de trabajar, el de descansar, el de conversar sino que se
establece el concepto del tiempo total en que el trabajo y el juego pierden su
lindero natural, confundiéndose. Se vive en una cultura en que el mundo del
juego y el del trabajo, poseen un solo tiempo.
Una
planificación de juegos ajustada a los intereses, gustos y necesidades de los
niños es sin duda el camino que brinda una manera diferente de aprender, con
más interés y motivación. Incluso, una propuesta de tipo tradicional, remozada,
con una actitud más libre, creativa, más participativa, en una palabra, más
lúdica, suele salir ventajosamente cambiada.
Probablemente
en estos últimos días de clase, de calor y de cansancio, de ensayos y de carnés,
las palabras mágicas serán: hoy, niños, vamos a jugar....
El juego,
como experiencia cultural, es determinante en la formación de un ser integral:
cuando se liga al amor potencia la creatividad, si se vincula a lo cognitivo
potencia la inteligencia.
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